Seis días habrás de trabajar

seis días trabajarás

Leamos el siguiente texto en Éxodo 35:2…

Tienen seis días en la semana para hacer su trabajo habitual, pero el séptimo será un día de descanso absoluto, un día santo, dedicado al Señor. Cualquiera que trabaje en ese día será ejecutado.

Seis días se habrá de hacer trabajo, empero el día séptimo será para vosotros consagrado, Shabbat, día de descanso ante Adonai. Todo el que hiciere en él trabajo habrá de ser muerto.


De esta porción de las Escrituras aprendemos que Dios instruye al hombre a trabajar, lo cual debe desarrollarse en seis días. El énfasis es hacer el trabajo. Es decir —el trabajo es una ordenanza divina, no una maldición, tampoco una sugerencia. Es el medio que el Creador diseñó para que el hombre reciba la bendición que proviene de Dios.

Por trabajo entendemos toda forma de crear y producir. Hay muchas formas de laborar en estos días, los cuales, recuerde, deben efectuarse durante seis días. No solo uno o dos, sino seis días. Hace bien el hombre internalizar esta instrucción divina.

Solamente cuando el hombre labora los días señalados para trabajar, el día séptimo cobra vida y se convierte en un día especial para quienes se disponen a obedecer la instrucción divina. Esto en palabras de nuestro hacedor, «el día séptimo será para vosotros consagrado, reposo, día de descanso ante el SEÑOR». Un día en la cual —de las labores cotidianas, el hombre hace reposar su cuerpo físico como su mente. Un día dado al hombre para su propio bien, un día en la cual puede descansar de manera plena para después con nuevas energías seguir haciendo el trabajo que debe desarrollarse.

Este principio de «laborar y descansar» en la sección que estamos estudiando (Éxodo 35:2), es dado a Israel como señal de pacto, pues cualquiera que quebranta esta ordenanza debía ser cortado de Israel. Esto es una realidad y será una ordenanza para todo hijo de Israel, sin importar donde se encuentre.

A la vez recordar a la luz de la Sagrada Escritura, que este principio, «laborar y descansar», se pone como lumbrera en los primeros capítulos de génesis, en la cual el creador se pone de ejemplo en hacer el trabajo para luego mostrar al hombre lo importante que es descansar (Génesis 2:1-2).

De tal lumbrera aprendemos que «laborar y descansar» es un principio dado a toda la humanidad. Israel debe efectuar esto como señal de pacto mostrándose como ejemplo a las demás naciones de cómo vivir la voluntad divina, para que las naciones al verlo se acerquen también a su Creador.

Si usted es hijo de Israel, está ligado a Dios en pacto por la palabra de sus padres y sin importar donde se encuentre, debe tomar su legado y poner en práctica su llamamiento. Pero si usted no pertenece a Israel, aún puede tomar este principio y experimentar las bendiciones que hay para todo aquél que se encamina en vivir la instrucción divina, pues el principio de «laborar y descansar» es dado a toda la humanidad cuando Dios empezó a crear, hacer y dar forma a todas la cosas.

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