Propósito de la creación

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Dios creó los cielos y la tierra en un principio. La tierra estaba sin forma y desordenada, cuando ésta era la realidad, Dios inicia a dar forma y ordenar su obra creativa en 6 días. Para nuestra sorpresa, Dios sigue trabajando hoy, sustentando y llevando en cumplimento el propósito que diseñó.

Cordial saludo, en esta ocasión comparto contigo una reflexión basada en Génesis 1:1-2:4. Para iniciar este proceso, leamos el primer verso: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Génesis 1:1.

Esta porción de la Escritura enseña que Dios es el autor de toda existencia, es decir —autor de este mundo visible e invisible. Cuando hablamos del mundo visible hacemos referencia a este universo del cual somos parte. En ella existe toda forma de vida conocida y por conocer. Cuando hago referencia al mundo espiritual, tan real como la primera, es toda forma de vida que nuestros ojos no logran divisarlo. (Colosenses 1:16).

El relato continúa y detalla sobre este mundo visible, diciendo: «la tierra estaba desordenada y sin forma, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas» Génesis 1:2. Cuando Dios llamó a existencia este universo no lo creó como hoy lo observamos. La creación inicial como está registrado, estaba desordenada y sin forma. Es a partir de esta obra primaria que nuestro hacedor trabaja, preste atención a lo que digo, nuestro hacedor trabaja en ordenar, dar forma y hacer brotar toda forma de vida a su creación inicial.

Es por ello que en el verso 3, 4 y 5 dice:

Dijo Dios: Haya luz; y hubo luz.
Vio Dios que la luz era buena y estableció distinción entre la luz y entre las tinieblas. Llamó Dios a la luz: día y a las tinieblas llamó: noche. Acaeció la tarde y le sucedió la mañana: Día uno.

Con esto en mente leemos la narrativa del día dos, en los versos 6 al 8:

Dijo Dios: Haya firmamento en medio de las aguas para que separe entre aguas y aguas.
Hizo Dios el firmamento y separó entre las aguas que había debajo del firmamento y entre las aguas que había por encima del firmamento. Y fue así. Llamó Dios al firmamento: cielos. Acaeció la tarde y le sucedió la mañana: Día Segundo.

¿Es sorprendente cierto? ¡Dios está dando forma lo que ya en un principio fue creado! Así sucede en los días tercero, cuarto, quinto y sexto, en la cual el Eterno crea y forma al hombre a su imagen y semejanza. La humanidad entera tenemos este sello la cual nos hace únicos al resto de la creación, esto con el fin de hacer que la creación cumpla el propósito para el cual Dios llamó a existencia.

Nuestro creador, hacedor y formador no es un Dios que creó toda existencia en un momento determinado de la historia y abandonó este universo. ¡No! Él está involucrado con su creación y trabajando en ella. Nuestro hacedor sigue sosteniendo y asistiendo hoy a todo ser en este universo. Por ello el Rabino de Nazaret dijo: …«Mi Padre no ha cesado hasta ahora de trabajar y yo también trabajo». (Juan 5:17). Tal expresión va acorde a las palabras registradas en el Salmo 104, cito algunos versos:

Tú haces que los manantiales viertan agua en los barrancos, para que los arroyos broten con fuerza y desciendan desde las montañas. Todos dependen de ti para recibir el alimento según su necesidad. Cuando tú lo provees, ellos lo recogen. Abres tu mano para alimentarlos, y quedan sumamente satisfechos. Pero si te alejas de ellos, se llenan de pánico. Cuando les quitas el aliento, mueren y vuelven otra vez al polvo. Cuando les das tu aliento, se genera la vida y renuevas la faz de la tierra.

Salmos 104:10-30

¿Lograste entender lo que venimos explicando? Dios creó los cielos y la tierra en un principio. La tierra estaba sin forma y desordenada, cuando ésta era la realidad, Dios inicia a dar forma y ordenar su obra creativa en 6 días. No sólo ello, también sigue trabajando hoy, sustentando y llevando en cumplimento del propósito que diseñó. ¡Dios hizo su obra creativa para hacer! Ud. y yo estamos involucrados en este proceso.

Por ello el relato primero de la creación (Génesis 1:1-2:4) finaliza con mucho sentido, diciendo: «Bendijo Elohim al día séptimo y lo consagró, ya que en él cesó de toda su obra, que Elohim había creado para hacer». (Mordejai Ederi, Génesis 2:3).

Dios hizo su obra creativa para hacer, la cual comunica perdurabilidad, existencia continua. Este principio también resuena en las palabras de David: «¡Alaben el Nombre del Señor!, porque Él mandó, y fueron creados; y los estableció para siempre jamás; les impuso ley que no se puede traspasar». (Salmos 148:5-6).

Dios hizo su obra creativa para hacer. Si internalizamos y nos hacemos uno con ella, nos unimos a Dios y somos partícipes del plan divino para su creación. Dios creó los cielos y la tierra para hacer, este propósito sigue en proceso. Recuerda tu llamamiento e inicia hacer tu parte hoy.

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